¿Estamos todos locos? Sujeto sometido o sujetado
A partir del encuentro con el libro "Psicopolítica" del filósofo Byung-Chul Han me propongo pensar la diferencia entre sujeto sometido y sujetado, teniendo en cuenta que se trata del entrecruzamiento de dos disciplinas y por lo tanto de dos modos distintos de concebir la noción de sujeto.
¿Qué es el sujeto para Lacan? Una hiancia, una barra, una falta que se desliza entre los significantes.
Como efecto de los significantes que se juegan en el Otro resulta un sujeto que dependerá entonces de los significantes Amo de su época. En ese punto hay determinismo, sujeto como efecto. ¿Es esto sometimiento? ¿Cuál es, si es que lo hay, el margen de decisión que esta constitución nos deja?
Se entrecruzan aquí conceptos siempre controvertidos respecto de la decisión, la elección, la responsabilidad.
¿En relación con qué coordenadas un sujeto elige? Elección que no es conciente ni autónoma. Aclaremos que ello depende de coordenadas donde los derechos humanos, en un sentido amplio, estén preservados. Si no, el margen se reduce al mínimo y sólo quedan actos heroicos y concluyentes. No entraremos en esa discusión ahora.
Un sujeto elige respecto de lo que le es ofrecido, así lo plantea Lacan en el Seminario 16, cuando en la clase del 21 de mayo de 1969 dice, de un modo contundente en principio, "no hay elección" (LACAN 1969, 301). Luego lo matiza diciendo que elige respecto de lo que le es ofrecido en el encuentro con el Otro: el objeto a, el saber y el goce excluido.
Han plantea que el sujeto en nuestra época, a la que define como neo liberalismo y la distingue del capitalismo, resulta sometido a lo que llama el Big Data.
Dice: "El Big Data hace visible, sobre todo, modelos de comportamiento colectivos. El dataísmo mismo intensifica el aumento de igualdad. (…) las correlaciones que descubre representan lo estadísticamente probable. Así, el Big Data no tiene ningún acceso a lo único" (HAN 2014, 113). Sin embargo, el sujeto es lo imposible de traducir en un dato, más bien los agujerea. Lo interesante es pensar qué tipo de sujeto arroja esta sociedad de control soportada en los datos y la estadística que forcluye la singularidad. Siguiendo al autor nos preguntamos cómo no quedar sometido a la ilusión que plantea este modelo de control que es sobre todo un controlarse a sí mismo vía la competencia, la libertad, la pertenencia y la elección como acto individual y autónomo.
Deleuze distingue la sociedad disciplinar determinada por el encierro, de la "sociedad de control".
En su texto, "Posdata" plantea que: "La fábrica constituía a los individuos en cuerpos, por la doble ventaja del patrón que vigilaba a cada elemento en la masa, y de los sindicatos que movilizaban una masa de resistencia; pero la empresa no cesa de introducir una rivalidad inexplicable como sana emulación, excelente motivación que opone a los individuos entre ellos y atraviesa a cada uno, dividiéndolo en sí mismo.
(…) las sociedades de control operan sobre máquinas de tercer tipo, máquinas informáticas y ordenadores cuyo peligro pasivo es el ruido y el activo la piratería o la introducción de virus. Es una evolución tecnológica pero, más profundamente aún, una mutación del capitalismo. Una mutación ya bien conocida, que puede resumirse así: el capitalismo del siglo XIX es de concentración, para la producción, y de propiedad. (…) Ya no es un capitalismo para la producción, sino para el producto, es decir para la venta y para el mercado. Así, es esencialmente dispersivo, y la fábrica ha cedido su lugar a la empresa. La familia, la escuela, el ejército, la fábrica ya no son lugares analógicos distintos que convergen hacia un propietario, Estado o potencia privada, sino las figuras cifradas, deformables y transformables, de una misma empresa que sólo tiene administradores. (…) El servicio de venta se ha convertido en el centro o el "alma" de la empresa. Se nos enseña que las empresas tienen un alma, lo cual es sin duda la noticia más terrorífica del mundo. El marketing es ahora el instrumento del control social, y forma la raza impúdica de nuestros amos. (…) El hombre ya no es el hombre encerrado, sino el hombre endeudado. Es cierto que el capitalismo ha guardado como constante la extrema miseria de tres cuartas partes de la humanidad: demasiado pobres para la deuda, demasiado numerosos para el encierro: el control no sólo tendrá que enfrentarse con la disipación de las fronteras, sino también con las explosiones de villas-miseria y guetos" (DELEUZE 1991, 4).
Retomando este texto, el autor profundiza su posición planteando que la sociedad de control es sobre todo control sobre la subjetividad y los modos de comunicación. Los sujetos son sometidos a los medios de comunicación, de los cuales el régimen neoliberal hace uso como técnica de poder donde convergen la libertad y la explotación en la forma de autoexplotación.
Es la "hipercomunicación" lo que rigidiza el control y la vigilancia en el modo social planteado. Nos preguntamos si es pertinente llamar a esto lazo y que tipo de sujeto es el constituido a partir del sometimiento.
Se trata de un modo donde nada debe ser dejado librado al azar, y la contingencia es reprochada al yo como defecto, bajeza, debilidad, mala inversión.
Plantea que existe una auténtica "crisis de la libertad". Vale la pena aproximarse mínimamente al concepto de libertad. El consumo es lo contrario de la libertad. Sujetos consumidores, consumidos, más objeto que sujeto, colapsado en la infinitización de gadgets.
Refiere además que todo intento de liberación conduce nuevamente a la sumisión. Liberación y sumisión son las dos caras de lo mismo. Con Lacan podríamos decir que no hay despertar, pero hay distintos modos de dormir y vía la contingencia, el acontecimiento, se podrán tener sueños menos tontos.
No se trata ni por asomo, y asistimos a esa degeneración catastrófica, de liberarse de los significantes Amo que regulan la relación al sentido y los ideales sino de ahuecarlos.
El sujeto es definido por Lacan en el Seminario 5 como súbdito. Pero allí se trata del advenimiento a la estructura: nace como súbdito. En la conferencia que dicta como cierre de las "Jornadas sobre el niño" (LACAN 1967, 87) propone, en cambio, que son las "grandes personas" las que se hacen responsables de su goce.
Sujetos sometidos al neoliberalismo, a la hipercomunicación… ¿es que no hay margen? ¿Por qué habría que "creer allí"?
Este modelo, según Han plantea un proyecto como figura de coacción que se sirve de la libertad individual como máscara. En el Seminario 21, Lacan plantea que asistimos a una época donde el deseo de la madre es preferido al decir del padre. Lo articulo porque creo que preferir un trazado rígido tiene como consecuencia forcluir el decir que resuena en el cuerpo. En contraposición dirá que los sujetos afectados son los que ya han sido curados por un análisis. Lo contrario son aquellos irreventables, los neuróticos que según Lacan ni la guerra logró desencadenar… ¿por qué? Porque aún no habían sido afectado por un decir que resuene.
En este sentido, la locura sería la no afectación, la creencia en el yo, el individuo y los datos como acceso al saber. La burocracia que tapona el vacío que implica la castración real, a veces redoblada por un decir que potencia ese vacío.
Ser libre dice Han significa "estar entre amigos". En ese sentido, el margen de libertad posible es sujetado a otros. Es lo contrario del sometimiento. Sujetado en el lazo con los otros, lazo lo suficientemente aireado y dinámico para alojar la singularidad de cada quien.
En el neoliberalismo se trata de explotar la supuesta libertad, proponiendo la libertad individual construida como exceso: es el exceso del capitalismo.
Dice: "La libertad individual es una esclavitud en la medida en que el capital la acapara para su propia proliferación" (HAN 2014, 15).
El sujeto es sometido a la ilusión de la libertad individual. Libre, como noción de la época, implica individuo, sin embargo, es lo no dividido aquello que lo somete. En ese sentido, considero que subrayar la división que lo constituye le ofrece un margen de libertad, ajustar las amarras en las cuales un sujeto se potencia, sin dejar de señalar el vacío que ellas implican, es hacerle la contra a lo real de la época.
Han considera que el neoliberalismo produce una mutación del capitalismo. Esta mutación plantea el autor, va de la lucha de clases en el sentido del marxismo a la lucha interna: culpa, responsabilidad vacía, como exigencia yoica, depresión, mezcla de narcisismo con avaricia. El sujeto se construye como un objeto de consumo, en ese punto coinciden el proyecto rígido materno propuesto por Lacan como propio de la época y el proyecto del control: comunicación instantánea, permanente, infinita. La comunicación supuesta se opone al decir, siempre a medias.
El dispositivo neoliberal implicaría un imperativo de transparencia. Dice: "los residentes del panóptico digital, por el contrario, se comunican intensamente y se desnudan por su propia voluntad (…) La entrega de datos no sucede por coacción, sino por una necesidad interna" (HAN 2014, 21).
Y aclara. "la reivindicación de la transparencia presupone la posición de un espectador que se escandaliza. No es la reivindicación de un ciudadano con iniciativa sino la de un espectador pasivo. (…) La sociedad de la transparencia que está poblada de espectadores y consumidores funda una democracia de espectadores" (HAN 2014, 24). Y el resultado es evidente: "de la transparencia surge una coacción que elimina lo otro, lo extraño" (HAN 2014, 113).
El enloquecimiento es aquí el del férreo anudamiento, no por la vía del delirio que le otorga consistencia al goce del Otro sino mediante un yo que no sólo se conoce a sí mismo, sino que también se muestra todo. Un yo no agujereado, obturado por numerosas capas de imágenes que coagulan la vía por la cual el yo se conecta a lo que es: un agujero. En contraposición, la posición del analista es la del pudor que constituye un sujeto y lo íntimo: en relación al yo, a los otros, a la interpretación.
Si, como plantea Lacan, "no hay despertar", nuestra apuesta en el análisis será ubicar que hay distintos modos de dormir: un dormir obstinado, los "irreventables" y un dormir más liviano, que resguarda su relación a los campos del nudo que son sus agujeros: sentido, goce fálico y goce del Otro. Podemos señalar entonces distintos modos del sinthome que mantiene el anudamiento, modos envolventes que reniegan del vacío y otros modos, más despiertos, donde la debilidad deja lugar a un resquicio que preserva un lugar para la castración, el amor, el deseo, el goce, el cuerpo, nombres del no todo que nos constituye.
Si el sujeto es efecto de un discurso podemos pensar que el efecto vacío que él implica está perturbado por el empuje a lo lleno, por lo que el autor llama la autoexplotación. Es el retraimiento de los ideales ligados a un decir paterno soportado en la castración que deja en evidencia el empuje al superyó. Superyó que en este momento parece empujar a la libertad y la comunicación. Sujetos efecto de un discurso aplastante que llega al inconsciente.
En ese sentido, el psicoanálisis como todo discurso también puede adormecer. ¿Cuál sería el punto donde el psicoanálisis puede autoexplotarse cual rana que quiere ser buey? Quizás sea justamente a partir del concepto de responsabilidad.
En este punto en tanto analistas preferimos estar advertidos de que el concepto de responsabilidad, puede quedar tomado en las redes de la ilusión de la existencia del individuo y la transparencia. De ser así, no deja de ser útil al neoliberalismo renegando de la castración, lo singular, el amor. Responsabilidad, elección, decisión no competen al individuo, tampoco al sujeto o al otro. Son más bien posiciones que se gestan entre el sujeto, el otro y el vacío.
Lacan propone en el Seminario 24 al "contrapsicoanálisis" como salida de la envoltura fuertemente anudada y por eso mismo, débil. Quizás sea la forma de estar advertidos de no generar autoexplotación incentivando una versión de responsabilidad y elección, bastante cercana a la ilusión de transparencia, constituyendo sujetos sometidos, ahora al discurso analítico, más que sujetados.
Quizás sea como dice P. Sollers, "en esta época lo único subversivo que nos queda es el amor entre un hombre y una mujer".
Quizás también el diálogo y la transferencia.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
- BYUNG-CHUL, H. (2014): Psicopolítica, Herder editorial, Barcelona, 2014.
- DELEUZE, G. (1991): Posdata sobre las sociedades de control, Christian Ferrer (Comp.) El lenguaje literario, Tº 2, Ed. Nordan, Montevideo, 1991.
- LACAN, J. (1957-58): El Seminario, Libro 5, "Las formaciones del inconsciente", Buenos Aires, Paidós, 1999.
- LACAN, J. (1967): "Discurso de clausura de las Jornadas sobre las psicosis en el niño". En Infancia alienada, Editorial Saltés, 1980.
- LACAN, J. (1968-69): El Seminario, Libro 16, "De un Otro al otro", Buenos Aires, Paidós, 2008.
- LACAN, J. (1973-74): El Seminario, Libro 21: "Les non dupes errent". Inédito.
- LACAN, J. (1976-77): El Seminario, Libro 24. "L'insu que sait de l'une-bévue s'aile á mourre". Inédito.
- SOLLERS, P.: Entrevista inédita.