Revista de la Cátedra II de Psicopatología | Facultad de Psicología | Universidad de Buenos Aires
ANCLA 6 - "Locuras y perversiones"
Septiembre 2016
30° ANIVERSARIO: TRABAJOS PREMIADOS

Clínica de las psicosis: "A través de escribir poemas me encontré a mí mismo"

Alicia Prefumo

Lacan en la última clase del Seminario 3[1] "Las psicosis" introduce el concepto de forclusión., donde describe sus efectos como un proceso que surge de la no inscripción del significante del Nombre del Padre, que hace que lo rechazado en lo simbólico retorne en lo real alucinatorio. Produciéndose la descomposición del discurso interior del sujeto, que marca la entrada en la psicosis.

En la estructura de la psicosis hay un significante fundamental que ha sido dejado afuera de la simbolización del sujeto y en determinado momento de su vida, en lo que Lacan llama una coyuntura dramática[2] que lo lleva al borde del agujero forclusivo dejado por la falta de este significante primordial que es el significante del Nombre del Padre, se produce un cataclismo a nivel de lo imaginario. Este es el momento del desencadenamiento de la psicosis. Aparece una cascada de pequeños significados, donde todo le va a hacer signo en una experiencia enigmática, faltando la senda principal que marca el camino a seguir. El significante está en el orden simbólico, cuando aparece en lo real es un objeto sin nombre, al que Lacan llama[3] objeto indecible, que se le va a imponer al sujeto en una experiencia de vacío de significación. Aquello que fue dejado afuera de lo simbólico retorna en lo real. Es el momento de la perplejidad, el sujeto no entiende nada de lo que le pasa, pero tiene la certeza radical de que lo que le está pasando, esta experiencia enigmática, le concierne, y se ve compelido a buscarle un sentido ya que se ha encontrado con un agujero. El desencadenamiento es un momento de quiebre, de ruptura del sentido de la vida, a partir del cual se va a producir un reordenamiento.

D. Millas en su texto "Angustia e inhibición en la psicosis" sostiene[4] que en el movimiento donde se pone en evidencia la transformación del vacío en certeza "se establecen las condiciones de la angustia propias de la estructura psicótica.". Señala que, si se comienza por considerar el desencadenamiento de la psicosis como el encuentro irreversible y traumático con el agujero abierto en lo simbólico por la forclusión del Nombre del Padre, se puede afirmar que el vacío forclusivo se corresponde con un momento de angustia fundamental. Siendo esta una angustia masiva, sin marco, en que el sujeto se siente en un desamparo radical sin defensas ante lo real.

En la primera clínica Lacan ubica el inconsciente estructurado como un lenguaje, y el modelo del orden simbólico es el encadenamiento S1 à S2, respecto a la psicosis la ubica como una falla en el orden simbólico, es decir en el encadenamiento significante. En la última enseñanza introduce lalengua como desorden para llegar a que la dimensión simbólica es desorden, son S1 sueltos sin articulación significante, donde el lenguaje adviene como una construcción, un ordenamiento a lo traumático de lalengua. En el Seminario 20 Lacan ubica[5] al lenguaje como una elucubración de saber sobre lalengua. Y al inconsciente como hecho de lalengua[6], que es lalengua materna.

Estamos entonces ante una dimensión simbólica como desorden y el trauma y el agujero como necesarios, donde las estructuras se ubican como modalidades de respuestas a lo traumático del lenguaje, y luego hay que considerar cómo responde a esto cada sujeto. Siendo la constitución subjetiva una elucubración acerca de la incorporación del lenguaje en cada sujeto.

A continuación, daré cuenta de algunas de las cuestiones teóricas antes mencionadas a través del material clínico de un paciente.

Luis es un paciente de 23 años que llega al tratamiento hospitalario manifestando que escucha voces que lo insultan. Refiere que sus problemas comenzaron a los 18 años cuando iniciaba los estudios universitarios en la carrera de diseño gráfico.

Luis refiere que en la facultad conoció una chica. "Yo me enamoré de ella y en la última clase de matemáticas que fui le propuse matrimonio. Yo la sigo amando...ella fue el gran amor... la iba a besar y no la besé... nunca tuve novia". Podríamos pensar si el encuentro con la joven, es decir la presencia de una mujer frente a la cual él tendría que tener una intervención, puede haber sido lo que Lacan la coyuntura dramática, donde habría que buscar el comienzo de la psicosis.

Sin poder ubicar la causa comenzó a estar más nervioso que de costumbre, sentía como que algo iba a pasar. Empezó a leer las letras de atrás para adelante buscando significados, era como que trataba de descifrar un código, sin saber qué buscaba. Atribuía significados a las letras y a los colores, que iba anotando en un cuaderno. Al respecto dice "ahora me parece tonto lo que me pasó...suena ridículo que un solo chico trate de cambiar el mundo solo con significados...". Podemos pensar como 1º momento del desencadenamiento, este vacío de significación (pequeño automatismo), en que las letras se vuelven enigmáticas para él, entonces inventa un código de desciframiento.

Desde hacía un tiempo concurría a una iglesia de su barrio, con un grupo de personas llevaban la virgen por el barrio y rezaban. Ubica que efectuando esta actividad comenzó a creer que él era Dios. Adviene la certeza de que él es Dios, hay un punto de identificación con la excepción que a la vez que implica una ruptura imaginaria con el semejante (deja de ser uno entre otros), le permite organizar un nuevo mundo. Constituye el 2º momento del desencadenamiento, como una discontinuidad en que él se vuelve, en una dimensión megalómana, la garantía del orden de ese nuevo mundo.

Los padres lo llevaron a un pai umbanda, dice que el pai le hizo trabajos espirituales y brujerías "el pai me puso en la realidad de nuevo... dejo de considerarme Dios" Entra en el 3º momento del desencadenamiento, el pai toca el lugar de excepción y lo reubica.

Al mes empieza a escuchar las voces. Manifiesta escuchar voces que lo insultan todo el tiempo, "tratan de que me ponga violento, dicen cosas...hijo de mil putas... yo creo que son mis hermanos o mi papá y me enojo con ellos... las voces son como una música de fondo... me hablan de religión, cuestionan la existencia de un Dios, y que Dios sería el hijo de la Virgen". Le dicen "matate". Se inicia así un 4º momento del desencadenamiento con la irrupción de las voces (gran automatismo) que hablan de él en forma injuriosa, son voces que lo arrasan y atraviesan el escaso sentido que él puede construir, empujándolo a que se mate. Es el punto culminante de la imposición del Otro, donde él ahora queda ubicado como un desecho, un resto del Otro.

Estos momentos diferentes son partes del desencadenamiento que tienen que ver con la significación, con el traumatismo del lenguaje, se produce un vacío de significación, que toma la forma de un enigma, se encarna un goce con una dimensión mortífera.

Comenta que ha retomado la lectura de libros, recuerda que de chico le gustaba mucho leer. "Siempre tuve facilidad para las letras...mis hermanos me preguntaban cómo se escribían las palabras". Hay en él una marca de goce que son las palabras, las letras lo han convocado desde siempre, sacar sentido a las cosas, allí donde para él no es evidente que las cosas tengan un sentido.

Comienza a traer libros de diferentes autores, al tiempo que comenta acerca del argumento de cada uno que lee. Más adelante va a ubicar con precisión el día en que escribió el primero de una serie numerosa de poemas a los que no les ponía título, sino que los iba numerando. Al respecto dice "escribo poemas... esa chica que conocí es mi musa inspiradora, escribo pensando en ella."

Al principio del tratamiento Luis manifiesta que todo el tiempo está tratando de demostrarse que "no tiene ganas" de suicidarse... "las voces me hacen pensar en el suicidio y me asusta la idea de morir"... "pienso en esto cuando estoy solo... siento que hay un vacío en casa, no hay nadie y aunque vea la tele no me distraigo... esto no me pasa cuando mis padres y hermanos están conmigo". Ahora comenta: "en los poemas escribo sobre suicidio y muerte", y también "espero que se vayan a trabajar, apago la TV y me pongo a escribir".

En relación a sus hermanos dice: "yo no soy un hermano mas, soy uno menos, el hermano loco...yo no valgo nada..." Sus hermanos trabajan y estudian Matemáticas.

Intervengo señalando: Ud. es el único que escribe poemas en la familia, donde apunto a destacar esto en relación al lugar de excepción como deshecho en que él se ubica, con respecto a sus hermanos.

Comienza a traer una mochila con cuadernos con sus poemas, libros que lee y en los que subraya palabras que no sabe el significado o palabras que luego va uniendo y forma frases poéticas, o que les busca sinónimos. Comenta "hice un análisis semiótico del libro" y muestra largas listas de palabras que extrae de ellos..."saco lenguaje... me ayuda con la creatividad para poder escribir sobre diferentes cosas... uso metáforas que no se como llegan a mí... es un recurso literario... para resaltar cualidades o para decir otra cosa con lenguaje mas rebuscado... con otras palabras...". "Escribo uno y es el que mas me gusta, pero después me doy cuenta que no dice todo lo que pienso y ya tengo que escribir otro".

A partir del señalamiento efectuado, Luis lo escucha como un llamado a que él es diferente, y esto produce resonancias, tiene efectos, aparece la misma marca de goce que son las palabras, pero ahora en forma distinta. Efectúa una invención, mediante un reordenamiento de elementos existentes hace algo diferente, construye poemas armando una serie donde cada uno de ellos es numerado. Arma metáforas a través de las cuales fija el sentido a la vez que lo desconcentra, y en este camino va efectuando un trabajo artesanal con lalengua.

En "La invención psicótica" Miller ubica[7], en relación al dicho esquizofrénico y siguiendo a Lacan, que en estos casos el problema del uso de los órganos es especialmente agudo y el sujeto que no cuenta con el auxilio de discursos establecidos, está obligado a inventar un discurso, es decir sus apoyos, sus recursos para poder hacer uso de su cuerpo y órganos.

Leonardo Leibson se pregunta[8] ¿por qué los locos escriben? y ¿qué efectos produce esto? Responde planteando que "la escritura es un intento de respuesta, un recurso, y hasta podría decirse que es una "técnica defensiva". Es un intento de respuesta contra la invasión, la imposición de las palabras en la que consiste la psicosis y que tiende a recomponer algo del mundo y también del cuerpo en tanto cuerpo propio".

Habitualmente, Luis mientras espera ser atendido, escribe poemas en el teléfono celular, los que elige, a veces, para leer en la sesión. Un día lee un poema y explica: "es un recurso, quiero que entiendan que el escritor es una mujer enamorada que sufre por amor". Luis dirá "Me gusta escribir poemas...me distiende... los poemas son un divertimento... a mi me gusta el arte... ser escritor. A través de escribir poemas me encontré a mí mismo..." en otro momento "me apasionan las letras...cuanto más difícil de entender sea el poema considero que me voy superando como escritor"

Ahora está pensando en aprender a escribir novelas.

Respecto a las voces dice que ahora le molestan menos que antes, es como que no las escucha.

En la psicosis tiene importancia clínica establecer las coordenadas del desencadenamiento, como a partir de una nueva disposición de los fenómenos, el sujeto se ve convocado al trabajo de intentar construir un nuevo orden en su mundo, logrando su estabilización. Y también intentar anticipar el punto en que puede volver a desestabilizarse. La propuesta del trabajo analítico sería poder acotar algo del goce desregulado, tratar de disminuir el padecimiento de un sujeto, que se encuentra en lo más íntimo de su sentimiento de la vida, con el borde de un vacío donde hay un llamado al que no tiene con qué responder. Y a partir de sus marcas de goce, pueda posicionarse de otro modo respecto a ellas.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  • LACAN, J. (1955-56): El Seminario. Libro 3: Las psicosis, Paidós, Buenos Aires, 1990.
  • LACAN, J. (1958): "De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis". En Escritos 2, Siglo veintiuno, Buenos Aires, 2008.
  • LACAN, J. (1972-73): El seminario. Libro 20. "Aún". Paidós, Buenos Aires, 2004.
  • LEIBSON, L. (2007): "El cuerpo de la psicosis. Entre el goce y la escritura". En Ancla 1, Buenos Aires, 2007.
  • MILLAS, D. (2010): "Angustia e inhibición en la psicosis". En Virtualia nº 21. Buenos Aires. 2010.
  • MILLER, J.-A. (2007): "La invención psicótica". En Virtualia nº 16. Febrero-Marzo 2007.

NOTAS

  1. LACAN 1955-56, p. 456.
  2. LACAN 1958, p.559.
  3. Ibíd., p. 517.
  4. MILLAS 2010.
  5. LACAN 1972-73, p. 167.
  6. Ibíd, p. 166.
  7. MILLER 2007
  8. LEIBSON 2007, p. 59.